DescripciónEl tomate Tapa de Puchero es una joya hortícola rescatada de los huertos serranos de la Sierra Norte de Madrid. Se distingue por su gran tamaño, pulpa carnosa y jugosa, y un sabor suave que equilibra dulzor y acidez de forma natural. Gracias a su rusticidad, es fácil de cultivar, muy resistente y con una productividad abundante incluso en condiciones de calor y sequía. Su carácter tardío permite prolongar la cosecha hasta bien entrado el otoño, ofreciendo auténtico sabor de huerta cuando otros tomates ya han pasado. |
CaracterísticasNombre científico: Solanum lycopersicum Nombre común: Tapa de Puchero Tipo de tomate: Variedad tradicional Origen: El Berrueco, Sierra Norte de Madrid, España Historia: Cultivado durante generaciones por hortelanos locales, valorado por su sabor y textura. Conservado como parte del patrimonio hortícola madrileño. Raza: Polinización abierta Temporada: Tardía (finales de verano – otoño) Tipo de hoja: Normal Tipo de planta: Determinada (mata baja) Altura de la planta: 0,7 – 1 m Tamaño de la fruta: Entre 150 g y 600 g Forma de fruta: Redondeada, ligeramente aplanada Color de piel: Rojo intenso Color de la carne: Rojo brillante, jugosa y carnosa |
CultivoConsejos de siembra: Siembre en macetas o semilleros, a una temperatura entre 16 y 20°C, 5 semanas antes de la siembra. Trasplantar todo el cepellón en el suelo, después de las últimas heladas, a una distancia mínima de 50 cm, enterrando el tallo hasta las primeras hojas. Riegue abundantemente al plantar. Consejos de cultivo: Las solanáceas necesitan luz y calor para producir. En climas fríos, es mejor cultivarlos bajo techo y, dependiendo del suelo, proporcionar riego regular. Periodo de siembra: Febrero, Marzo, Abril, Mayo Período de cosecha: Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre Cultivo: En suelo o en un invernadero Exposición : Pleno sol Necesidad de agua: Medio Tipo de suelo: todo tipo de suelo, suelto, drenado |
Notas de CataEl Tomate Tapa de Puchero presenta un sabor equilibrado donde la dulzura natural se combina con una acidez suave y refrescante. En boca, su pulpa carnosa y jugosa envuelve el paladar con una textura aterciopelada, mientras que la piel fina aporta una mordida delicada. Su aroma recuerda a las huertas tradicionales, con matices frescos y ligeramente herbáceos. Perfecto para degustar crudo en ensaladas, realzando su frescura, o para cocinar en conservas, donde concentra aún más su dulzor y profundidad de sabor. |
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